1 Corintios 7 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de 1 Corintios
Capitulos:

12345678910111213141516

1 - En cuanto a lo que me habéis escrito, bien le está al hombre abstenerse de mujer.

2 - No obstante, por razón de la impureza, tenga cada hombre su mujer, y cada mujer su marido.

3 - Que el marido dé a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido.

4 - No dispone la mujer de su cuerpo, sino el marido. Igualmente, el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer.

5 - No os neguéis el uno al otro sino de mutuo acuerdo, por cierto tiempo, para daros a la oración; luego, volved a estar juntos, para que Satanás no os tiente por vuestra incontinencia.

6 - Lo que os digo es una concesión, no un mandato.

7 - Mi deseo sería que todos los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de Dios su gracia particular: unos de una manera, otros de otra.

8 - No obstante, digo a los célibes y a las viudas: Bien les está quedarse como yo.

9 - Pero si no pueden contenerse, que se casen; mejor es casarse que abrasarse.

10 - En cuanto a los casados, les ordeno, no yo sino el Señor: que la mujer no se separe del marido,

11 - mas en el caso de separarse, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido, y que el marido no despida a su mujer.

12 - En cuanto a los demás, digo yo, no el Señor: Si un hermano tiene una mujer no creyente y ella consiente en vivir con él, no la despida.

13 - Y si una mujer tiene un marido no creyente y él consiente en vivir con ella, no le despida.

14 - Pues el marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente. De otro modo, vuestros hijos serían impuros, mas ahora son santos.

15 - Pero si la parte no creyente quiere separarse, que se separe, en ese caso el hermano o la hermana no están ligados: para vivir en paz os llamó el Señor.

16 - Pues ¿qué sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido? Y ¿qué sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer?

17 - Por lo demás, que cada cual viva conforme le ha asignado el Señor, cada cual como le ha llamado Dios. Es lo que ordeno en todas las Iglesias.

18 - ¿Que fue uno llamado siendo circunciso? No rehaga su prepucio. ¿Que fue llamado siendo incircunciso? No se circuncide.

19 - La circuncisión es nada, y nada la incircuncisión; lo que importa es el cumplimiento de los mandamientos de Dios.

20 - Que permanezca cada cual tal como le halló la llamada de Dios.

21 - ¿Eras esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes. Y aunque puedas hacerte libre, aprovecha más bien tu condición de esclavo.

22 - Pues el que recibió la llamada del Señor siendo esclavo, es un liberto del Señor; igualmente, el que era libre cuando recibió la llamada, es un esclavo de Cristo.

23 - ¡Habéis sido bien comprados! No os hagáis esclavos de los hombres.

24 - Hermanos, permanezca cada cual ante Dios en el estado en que fue llamado.

25 - Acerca de la virginidad no tengo precepto del Señor. Doy, no obstante, un consejo, como quien, por la misericordia de Dios, es digno de crédito.

26 - Por tanto, pienso que es cosa buena, a causa de la necesidad presente, quedarse el hombre así.

27 - ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿No estás unido a mujer? No la busques.

28 - Mas, si te casas, no pecas. Y, si la joven se casa, no peca. Pero todos ellos tendrán su tribulación en la carne, que yo quisiera evitaros.

29 - Os digo, pues, hermanos: El tiempo es corto. Por tanto, los que tienen mujer, vivan como si no la tuviesen.

30 - Los que lloran, como si no llorasen. Los que están alegres, como si no lo estuviesen. Los que compran, como si no poseyesen.

31 - Los que disfrutan del mundo, como si no disfrutasen. Porque la apariencia de este mundo pasa.

32 - Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor.

33 - El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer;

34 - está por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

35 - Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros a lo más digno y al trato asiduo con el Señor, sin división.

36 - Pero si alguno teme faltar a la conveniencia respecto de su novia, por estar en la flor de la edad, y conviene actuar en consecuencia, haga lo que quiera: no peca, cásense.

37 - Mas el que ha tomado una firme decisión en su corazón, y sin presión alguna, y en pleno uso de su libertad está resuelto en su interior a respetar a su novia, hará bien.

38 - Por tanto, el que se casa con su novia, obra bien. Y el que no se casa, obra mejor.

39 - La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor.

40 - Sin embargo, será feliz si permanece así según mi consejo; que también yo creo tener el Espíritu de Dios.